David Bisbal emociona en el Teatro Real de Madrid
El Bisbal más maduro emociona en el Teatro Real de Madrid
El almeriense, que agotó las entradas en pocas horas de que se pusiera a la venta, estrenó la nueva canción de Tadeo Jones 2 junto a la estrella de Disney Tini Stoessel
Surgieron las luces de los móviles esperando el momento ansiado. El Teatro Real de Madrid recibió ayer así a David Bisbal (Almería, 1979) en la tercera edición del Universal Music Festival, cita que el cantante aprovechó para presentar su nuevo disco, «Hijos del mar». Sin rizos y más maduro, el músico, casi recién llegado de Londres, ofreció a sus seguidores un concierto muy especial, del que se agotaron las entradas, al poco de ponerse a la venta, en marzo. Ni sus fans, de todas las edades, ni muchas caras conocidas, como Eugenia Martínez de Irujo, Lydia Bosch, Belén Cuesta o Sara Sálamo, quisieron faltar a la animada actuación que les brindó su ídolo; para algunos, además, era su primera oportunidad de escucharlo en directo tras verlo nacer en Operación Triunfo 1.
«A David le quiero muchísimo y creo que es un hombre que se merece lo que le ha pasado por el buen artista y persona que es», explicó Eugenia Martínez de Irujo, que señaló que su canción preferida del almeriense es «Princesa». El mismo tema que también es la debilidad de la actriz Sara Sálamo, que confesó que, desde pequeña, ha sido fan de Bisbal. «Estoy nerviosa es la primera vez que voy a verlo cantar en directo», aseguró. Una situación análoga a la vivida anoche por la también intérprete Lydia Bosch: «Nunca he estado en el concierto de David y era una absoluta fan de Operación Triunfo. Me parece que tiene una voz bonita. Tiene unas vibraciones maravillosas».
Sin decir ni una palabra, Bisbal apareció con sus peculiares movimientos al escenario. Cuatro estructuras rectangulares y un hexágono formaron la tarima en la que se situaron los músicos, agrupados por tipos de instrumento. Las canciones elegidas para dejar sin habla a los asistentes e inaugurar el concierto fueron «Mi norte es tu sur» y «Antes que no», aunque, sin duda, el tema «Diez mil maneras», en el que el músico realizó su característico salto, con patada en el aire incluida, fue el que logró que se desatase la locura. «Nos abrieron la puerta para que comenzara el sueño», agradeció anoche el cantante, recordando su especial afecto por el Teatro Real, donde ofreció un concierto acústico en 2011. «¡Siempre contigo!», fue la clamorosa respuesta que obtuvo de un público encantado.
Luego las luces del teatro se apagaron, creando un ambiente más íntimo con los espectadores. Fue entonces cuando los músicos abandonaron sus peculiares tarimas para bajar al escenario e interpretar «Amar es lo que quiero». Los gritos de algunos fueron apagados por otros asistentes, que no querían perderse ni una nota de la voz de Bisbal. Otro de los momentos más ansiados llegó acto seguido, con la presentación de la canción que pone banda sonora a la película «Tadeo Jones 2: El secreto del Rey Midas». La estrella de Disney Tini Stoessel, conocida por su papel de Violetta en la exitosa serie infantil del mismo nombre, compartió las tablas con el cantante. La artista, que ya había desatado la euforia y los gritos de los adolescentes antes de entrar al recinto, tuvo la misma acogida durante su actuación. Con un vestido largo, verde, y peinada con un moño, cantó a dúo con el almeriense, ganándose un «qué bonito», al unísono, de los espectadores.
El músico también dedicó varios momentos de su actuación a sus seres más queridos. Bisbal robó el corazón al público con «Lo tenga o no», dedicada a su novia, Rosana Zanetti, que se encontraba en la primera fila del teatro, y a la que no dejó de mirar mientras cantaba. Una fuerte emoción también causó «Princesa», un tema muy tierno, escrito para su hija Ella. En ese momento apareció en el escenario un intérprete inesperado: Miguel Poveda. Su toque flamenco y la voz de Bisbal crearon una nueva y más especial versión, si cabe, de la canción. Los aplausos retumbaron por toda la sala.
El cantante no defraudó y regaló varias canciones después de haber terminado. Bisbal se mostró más maduro, enamorado y unido a su público, que llegó a pagar más de cien euros en la reventa. Una evolución que quedó latente en el escenario del Teatro Real de Madrid. Eso sí, sin olvidar su pasado. Así, el almeriense no quiso despedirse sin tocar sus éxitos más sonados. Con «Babel», «Lloraré las penas» y «Ave María», recordó sus orígenes y llenó de ritmo la sala. Un total de veintisiete temas sonaron ayer, en una noche en la que el músico regaló lo mejor de sí mismo.
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