Espectacular entrevista



David Bisbal: “Antes cantaba con la intranquilidad de no ser plenamente feliz en lo personal. Ahora tengo por primera vez una familia que me da fuerza y seguridad" 

Más allá de la patada y “los máquinas”, hay un Bisbal maduro que medita podando bonsáis, se reúne a menudo consigo mismo y ejerce de padre presente. Charlamos con él, en el mejor momento de su carrera, en el que estrena documental, ‘Bisbal’ (Movistar Plus+) y lanza disco, ‘Me siento vivo’ (Universal Music).

Una imagen del interior de una furgoneta, en lo que parece un viaje familiar por carretera. La cámara repara en un Bisbal niño que esquiva el objetivo de reojo con una evidente timidez. Así arranca Bisbal, el documental que Movistar Plus+ estrenó el pasado 17 de octubre, con el que remata la celebración de los veinte años de trayectoria de quien es, por derecho propio, una de las grandes figuras de la música en español. Lo avalan varios Latin Grammy, el más reciente el Pioneer Award a su vigésimo aniversario; tres World Music Awards y Billboard Latin Music Awards; 60 discos de platino, 20 de oro, 11 de diamante y colaboraciones con artistas como Rihanna o Miley Cyrus, que muchos desconocen.

Sin embargo, todos creemos conocer bien a David Bisbal Ferre (Almería, 1979) desde que entró en nuestras casas por primera vez el 22 de octubre de 2001 a través de la pantalla de la televisión con una frescura y verdad inusuales, y se desató la locura. Pocos programas han supuesto tal fenómeno social y de masas. Después de aquello y a pesar de todos los logros conseguidos, para algunos Bisbal será siempre su melena rizada, su patada y sus giros con la voz. Y ahora también su: “¿Cómo están los máquinas?”. Él responde a ese cariño siempre con una sonrisa y, sin embargo, en este tiempo no ha parado de evolucionar a fuerza de curro. De su generación es, sin duda, el que mejor se ha adaptado a los nuevos tiempos. Hace trends de TikTok con influencers que le adoran, y los niños de La Voz Kids lo eligen como coach a pesar de los Yatra o Aitana de turno. Si al verle sigues tatareando Corazón latino o Bulería, te invito a que eches un vistazo a su repertorio y escuches con atención Me siento vivo, su recién estrenado disco, para comprobar que David Bisbal es mucho más que eso.

"Tengo mil reuniones conmigo mismo"

Con el fin de hacer un retrato fotográfico y periodístico del artista de 2023, quedamos con él en nuestras oficinas con cinco horas por delante. Es una oportunidad única, porque sabemos que no se prodiga mucho en este tipo de entrevistas y, sin embargo, viene dispuesto a darlo todo. Primero en la sesión de fotos, donde se viene arriba con cada cambio y la cámara de Ana Marti consigue captar los matices de un David maduro. Y una vez nos quedamos solos para charlar, frente a frente, se abre con la naturalidad que le ha hecho grande.

Siempre imaginé a un Bisbal polvorilla de niño y resulta que... ¡eras tímido! Sí, era muy tímido. Mi tía María, la hermana de mi padre, intentó animarme a que me presentara a concursos infantiles muchas veces, pero a mí me daba mucho miedo. Hasta Operación triunfo no vencí ese miedo. Allí aprendí a quitarme esa parte tan negativa en mi vida.

En el documental dices que si no lo hubieras conseguido, habrías sido guarda forestal. ¿Es cierto? 

Sí, porque la música la he tenido siempre guardada en el corazón. Desde muy pequeñito me decían que cantaba bien, pero mi timidez no me dejó mostrar mi pasión por la música hasta que llegué a la madurez completa. Hasta que cumplí los 18 años y empecé en el mundo de la música con la orquesta Expresiones. Ahí fue cuando me di cuenta de que había elegido. En la orquesta hice mis cuatro años de preparación, mi universidad, y me sentí listo para presentarme a Operación triunfo. Pero antes, efectivamente, a mí me gusta mucho la naturaleza y en Almería tenemos la suerte de que hemos sabido proteger nuestro entorno. Tenemos un parque natural fantástico, el de Cabo de Gata-Níjar. Yo pensaba que tenía que trabajar con algo relacionado con la naturaleza, para cuidarla y concienciar a la gente, y ya tenía previsto empezar con esa formación profesional.

¿Y sigues con ello como afición? 

Sí, tengo un montón de bonsáis. Y un pequeño rincón en el jardín en mi casa de Almería con árboles y plantas, totalmente distintas a las que tengo en Madrid. Cuidarlas es un tiempo necesario para mí, el de hacer cosas que no tienen que ver con la música. Además de la jardinería me gusta pintar con mis resinas y mis acrílicos y muchas veces, mientras pinto, me quedo pensando en el próximo paso en mi carrera. Es mi meditación, como una terapia. Estas son las cosas que no sabe mucha gente. Pero tengo muchas formas de terapia: cuando hago deporte, por ejemplo, suelo pensar mucho. Tengo mil reuniones conmigo mismo. Trato de memorizar qué voy a hablar con la discográfica o con mi equipo. Aislarse por completo con uno mismo es una maravilla. También me sucede cuando canto. Cuando estoy en el escenario, estoy tan concentrado en lo que voy a cantar, en la melodía, el tono, la letra o la conexión con los músicos y el público, que completo una meditación aún más larga. Dos horas en las que solo he pensado en eso y no en otras preocupaciones.

Pero eso es trabajo, ¿no?

 Para mí el trabajo en la música es cuando tengo reuniones, cuando estoy en proceso de preparación, pero cuando canto no siento que estoy trabajando y cuando estoy en un concierto tampoco. Y fíjate que es el último pase que te dan para que cueles el gol...

¿Y cuál crees que es el gol más acertado, la decisión más importante que has tomado en tu carrera? 

Probablemente armarme de valentía, quitarme esas cadenas de timidez para probar suerte y ver si luchando fuerte podía conseguir mis sueños. Mientras trabajaba en la orquesta hacía prueba tras prueba para ver si alguien me daba una oportunidad. Entonces cogí un avión por primera vez en mi vida a Barcelona y al día siguiente me presenté al casting de Operación triunfo. Esa ha sido la mejor decisión, porque después de esa me atreví a tomar otras. La valentía es muy importante.

Después de 20 años ¿qué crees que vieron en ti en aquel casting? 

No sé, probablemente fuera el hombre con más ilusión de la Tierra en aquel momento. Llevaba cuatro años con la orquesta, en septiembre de aquel año habría cumplido 104 conciertos con ellos y nunca perdí la ilusión. Noemí Galera me dijo una vez que vio un chico que se moría de ganas de probar suerte y expresar lo que sentía a través de la música.


¿Y qué fue para ti lo mejor y lo peor de aquella experiencia?

 Llevo 20 años trabajando en la música y siempre que me han preguntado por esa etapa me he sentido orgulloso. Mira que lo pasé mal al principio, porque yo tenía un orden de trabajo en mi orquesta y cuando llegué allí prácticamente no había horario. Tenías que cantar con unos y con otros y evidentemente había que ser generoso y a la vez destacar en canciones corales. Las primeras canciones que canté con mi querido Àlex y Javián eran rápidas, y al dividir entre tres era muy difícil destacar. Pero aun así lo fui disfrutando cada vez más. La parte del jurado era la que más me costaba. Yo no quería ganar OT, solo quería que alguien me diera una oportunidad. Quería quedar, al menos, en la tercera posición, porque el premio era grabar un disco. Estoy muy agradecido al programa. Por eso siempre he hablado de OT allá donde he ido y he perdido la cuenta de a cuántas galas de diferentes ediciones he asistido. Nunca me ha molestado ser un “triunfito”.

Escuchar a Rosa y a ti cantando Vivir lo nuestro en la última edición de La Voz Kids sigue emocionando a los que vivimos aquel OT. Tengo una relación especial con Rosa, porque la conozco desde antes de empezar esa aventura. Cuando iba con la orquesta, coincidimos en la feria de Atarfe, en Granada. Ella estaba en una caseta pequeña con su hermano y cuando la escuchamos cantar no pudimos evitar soltar una lagrimita, y eso que solo cantó a capela. Pasó un año y cuando la vi en el casting final de Madrid no podía creerlo. Y es que Rosa es una persona que no ha cambiado nunca. Ella es ella y lo será siempre.

"Tengo una relación especial con Rosa. No ha cambiado nunca. Ella es ella y lo será siempre"

En el documental se recuerda también la campaña que hicieron otros artistas contra vosotros. Sabina o Rosario Flores criticaron que se os prestara tanta atención. Sí, claro, y yo les doy la razón. Es normal que la gente tuviera esa reacción. El tiempo y el trabajo constante de un artista es lo que hace que se posicione en el respeto de la gente y de la industria musical. Tenía que pasar el tiempo para demostrar que no era una oportunidad efímera. Después Rosario se ha convertido en mi hermana. Hemos compartido momentos únicos tratando de descubrir el gran talento que hay en nuestro país con los niños de La Voz Kids. Probablemente sea una de las etapas más bonitas que he vivido, y ha sido con ella. Y no pasó mucho tiempo después de OT, un par de años como mucho, cuando coincidí con ella en una actuación para la revista People en español, y me dijo: “Qué trabajador eres, me tienes asombrada”. Ahí empezó su confianza y ahora pongo la mano y el cuerpo entero en el fuego por ella, porque es una compañera espectacular.

Tú aprovechaste la oportunidad y en solo un año, con el siguiente disco, ganaste tu primer Grammy Latino. ¿Cómo se hace eso? Con mucho trabajo. La gente no lo sabe, pero en los primeros diez años de mi carrera yo no compartí mucho tiempo con mi familia o mis amigos. Estaba continuamente viajando. Hay momentos que no recuerdo. Menos mal que están documentados, porque veo imágenes que no sé ni dónde son.

"Cuando fui padre me convertí en un auténtico friqui de la productividad y del tempo"

¿Y ahora trabajas menos? 

No, qué va. Con el paso del tiempo mi trabajo ha aumentado. Lo que pasa es que ha llegado un momento en el que he desarrollado la capacidad de saber ordenarlo. Cuando fui padre me convertí en un auténtico friqui de la productividad y del tempo. Todo apuntado y bien organizado. A partir de ese momento, ha habido más ratos de disfrutar con el trabajo de ejecutivo que con la propia música. La gente no lo sabe, pero hay mucho de este trabajo. Yo no tengo despacho en la discográfica porque me da no sé qué.

Y has tomado decisiones valientes en ese ‘no despacho’. 

En un momento dado decides no hacer ni una sola pirueta más. ¿Cómo fue eso? [Risas] Eso fue en el acústico, y la idea surgió de una opinión de mi querido Raphael en el año 2003, que fue un poco premonitoria. Fue en un programa que hicimos con Julia Otero, en el que ponía a un artista con mucha experiencia con uno más nuevo y a mí me tocó con él. Entonces le preguntaron qué opinaba de mí. Dijo cosas muy bonitas y terminó: “Aunque yo pienso que el mejor David no es el que estamos viendo. Seguramente el mejor David será el que no dé las vueltas, la patada y que no tenga el pelo largo y rizado”. ¡Alucinante el señor Raphael! Ahora lo pienso y me da como vértigo, porque él lo veía tan claro... Y aquí estamos.

Desde luego, fue un regalo que alguien como él te diera una opinión tan sincera. A nivel musical me ha tocado una época maravillosa, porque he podido conocer gente de dos o tres generaciones antes que la mía, como es el caso de Raphael, Julio Iglesias, El Puma... Y en Latinoamérica, José José, Juan Gabriel, El Buki... Y después los que me han tocado de mi generación, fantásticos también, como Alejandro Sanz, Alejandro Fernández, Melendi, Dani Martín... Poco a poco coincido también con nuevas generaciones que han salido diez años después de mí, como Pablo Alborán o Vanesa Martín, u otros con veinte años menos, como Aitana. A veces pienso que me lo habría pasado genial en la época de Raphael, Camilo Sesto, Julio Iglesias o José Luis Perales. Me habría encantado ser artista en aquellos tiempos.

"Me habría encantado ser artista en los tiempos de Raphael y Julio Iglesias"

Pero no eres de los que se han encasillado. Te has subido a todos los trenes, a todas las tendencias. He hecho de todo: empecé con el mundo latino, después pasé al pop rock, a la electrónica y al acústico, lo que me ayudó a recibir otros reconocimientos, como mi segundo Grammy Latino o The World Music Awards... Y puedo elegir entre hacer canciones que suenen en la radio y otras menos convencionales. Es algo que pacté hace tiempo con la discográfica.

Este disco, Me siento vivo, ¿es una foto fija del Bisbal de ahora? 

Siempre que saco un disco es lo que quiero hacer. Pero a mí me gusta mucho subirme a la ola de la tendencia, siempre ha sido así. El sonido de este disco es completamente nuevo para mí: nunca había hecho una bachata, nunca había hecho un sonido ochentero y noventero, que si lo piensas bien es la actualidad musical, y de nuevo vuelvo a tener baladas, de las que tienes que estar al cien por cien para cantarlas, porque la técnica vocal es muy importante. Hoy en día, los cantantes y músicos se esfuerzan mucho por sacar un disco y cuando sale es como si se hubiese quemado completamente, porque vivimos en una época en la que también están las redes sociales, los conciertos... Pero sigo convencido de que para que el artista pueda explayarse y presentar lo que siente en cada etapa no puede hacerlo solo con un tema, sino con varios, con propuestas totalmente diferentes.

Para tu concierto aniversario has tenido que repasar todo tu repertorio y dices en el documental que hay canciones, como Corazón latino, que ya no te representan. Sí, pero fíjate que después del vigésimo aniversario no he sacado Corazón latino de mi repertorio. Sigue estando en Me siento vivo Tour 2023. Había ciertos momentos, ciertas partes de la letra que ya no pegaban conmigo en este momento. Pero en eso mi mánager [Alejandro Asensi] tenía razón al decirme que, aunque yo no me sintiera ya identificado, la gente se muere por escucharla. Y le hice caso y fue un acierto. Ahora es un poco un reprís del concierto y a la gente le gusta mucho. Tengo la suerte de que, después de veinte años, puedo armar un repertorio para los conciertos prácticamente sin altibajos, con baladas que conoce la gente, con canciones rápidas, y disfrutar. Lo que más estoy disfrutando ahora mismo de mi carrera es el repertorio. Y que ya he cumplido 44 años y antes sufría mucho, era menos experto. Aunque mucha gente se pregunte hasta cuándo voy a ser capaz de defender mis canciones vocalmente, porque son muy difíciles de cantar.

"En el momento que vea que no puedo defender al cien por cien mis canciones tendré que decirlo"

¿Tienes miedo a que eso suceda? 

Hasta la gira de 2016 yo siempre decía que no se puede estar nunca al cien por cien durante un concierto. Que a lo mejor puedes estar un momento, en una canción das esas notas bajas y altas y estas al cien por cien, pero no todo el tiempo, porque si no te desgastarías muy rápidamente. Y ahora me está sucediendo que a la cuarta o la quinta canción alcanzo el cien por cien y ya soy capaz de mantenerlo hasta el final del concierto. Hace tiempo que quería explicarlo. No sé por qué pasa y estoy rezando para que se mantenga mucho tiempo. Ojalá sea una consecuencia de la experiencia.

¿Cómo ves el futuro?, ¿con cierto temor o esperanza? 

Pues sinceramente no me gustaría cantar por necesidad, sino porque realmente me gusta. Así que voy a luchar por que eso ocurra. Cuando llegue el momento de decidir, no quiero estar luchando todo el tiempo para que una canción entre en la radio o no. Espero poder seguir con lo que verdaderamente disfruto, que son mis conciertos. Por el momento, me siento en el mejor momento, de repertorio, vocalmente hablando, y no me preocupa el futuro. Pero lo que sí es cierto es que en el momento que vea que no puedo defender al cien por cien mis canciones tendré que decirlo. No quiero que otros me lo tengan que decir.

¿Y tienes algún capricho pendiente, un musical como hizo Raphael o algo especial? 

Me gustaría seguir haciendo música poco convencional. El concepto del acústico en el Royal Albert Hall de Londres o en el Teatro Real, o estos conciertos que hice filarmónicos con Cosentino y la Orquesta Ciudad de Almería, proyectos a piano y voz, sonidos de mi tierra, incluso copla... Para mí es siempre importante salir de mi zona de confort, tratar de hacer cosas diferentes.

"Me considero un padre bromista, activo, la verdad. Me puedo ordenar muy bien con los tres"

Uno de los momentos más tiernos del documental son las imágenes con tu padre, enfermo de alzhéimer. Es algo tan personal... Pero puede reconfortar a mucha gente que está pasando por lo mismo. Muchas gracias por esta pregunta, porque fíjate que a nivel personal comparto poco. De hecho, en el documental salen un minuto mis niños y preservando su intimidad. Prefiero hacerlo así y que después ellos elijan qué quieren hacer de mayores, que creo que es lo más coherente. En cuanto a mi padre, hace seis o siete años era completamente consciente, venía a mis conciertos y me preguntaba dónde iba cuando viajaba. Y cuando yo le decía que iba a Washington o Texas, él me contaba cuando había peleado allí [era boxeador]. Era muy consciente. Pero cuando me dieron la medalla como hijo predilecto de Almería este año, me dio mucha pena que no hubiera pasado solo unos años antes, para que él viera el cariño que la gente me está dando. Ahora ya lo tengo asumido, pero recuerdo perfectamente ese momento en el que llegué a casa y de repente se enfadó porque le di un abrazo a mi madre. No me conocía y para él era un hombre que le estaba dando un abrazo a su mujer, y se puso celoso. Después dejó de conocer a los niños, a mi hermana, a mi hermano. Y a la única que conoce es a su amor, a Mari Ferre. También recuerda las canciones. Prácticamente no tiene voz, pero cuando le canto alguna canción se acuerda de la frase. Es como si se hubiese quedado en aquella época. Es difícil, muy difícil. No sé qué decir ni qué pensar. La vida te da momentos maravillosos y de pronto te hace poner los pies en el suelo y vivir situaciones para las que no estás preparado. Mi padre era muy especial, un gran atleta. Los padres de mis amigos no eran tan ágiles y yo lo consideraba un superhéroe. Y era muy bromista, todo el mundo le quería. Y digo era, porque ya no está presente como antes.

Y tú, ¿cómo eres como padre? 

Pues juego mucho con mis hijos y a veces soy un poco brusco, como lo era él. Estoy con ellos y me encanta hacerles cosquillas, jugar en la piscina, nos vamos en bicicleta a hacer excursiones al río... Me considero un padre bromista, activo, la verdad. Me puedo ordenar muy bien con los tres. Estoy contento con cómo me estoy organizando la vida.

"Estoy viviendo algo nuevo: Nunca antes había tenido hijos en un entorno familiar y eso me encanta"

Ser un padre presente, con tu agenda, no debe de ser fácil. Totalmente. Tengo hijos que tienen edades muy diferentes. Tengo una preadolescente, que está en un momento de su vida muy importante, a la que ya le he comunicado que este año es muy importante que se ponga las pilas porque es importante no solo el colegio, sino lo que quiera hacer para empezar a prepararse para ser una gran mujer. Y mis otros dos niños son muy pequeños: cuatro años y dos. Por una parte, tengo experiencia, pero también estoy viviendo algo nuevo, porque nunca antes había tenido hijos en un entorno familiar y eso me encanta. Rosanna [Zanetti] y yo hablamos muchísimo sobre la educación de nuestros hijos. Estamos muy contentos con la que nos han dado nuestros padres, hemos tenido familias trabajadoras con valores extraordinarios, pero pensamos que la versión de nuestros padres se puede mejorar y lo vamos a hacer.

Entonces, tu gran momento profesional, ¿tiene que ver con que vives tu mejor momento personal?

 Totalmente. Yo pensaba que era una de esas personas que no iban a tener suerte, que quizás mi única relación iba a ser directamente con la música y con mi hija, que iba a ser un padre soltero. Pero de repente llega una persona madura, que tiene una manera de pensar idéntica a la tuya, y entonces encuentras la tranquilidad. Siempre he cantado, pero con la intranquilidad de no ser plenamente feliz en mi vida personal. Ahora tengo una familia por primera vez y eso te da una fuerza y una seguridad enormes. Y cuando eso es tan fuerte, solo quieres cuidarlos sobre todas las cosas. No cambiaría este momento por nada del mundo.


https://www.esquire.com

7o Vídeo Valde Edición de vídeo Eva Peña Asistente de Estilismo Martina Tacchini Asistente de fotografía Gabriel Boza Set Sofía Sohr Maquillaje y peluquería María Soláns (Mery make up) Edición de fotografía Carolina Álvarez Producción Marta Sánchez

Tengo Roto El Corazón